Encabezado 1
Cuentos para enmarcar
Retratos de mujeres inspiradoras
Esta obra surgió a partir de un pequeño relato escrito hace más de diez años y que fue la semilla, en el marco de mis estudios de Máster en Escritura Creativa, de un proyecto de mayor calado que me ha llevado casi dos años de trabajo intenso y apasionante.
Se trata de una colección de cuentos sugeridos por quince retratos femeninos que se conservan (unos expuestos y otros no) en el Museo del Prado. Quince rostros de mujeres inspiradoras que han dado pie a otros tantos relatos de distinto corte, donde caben desde una autobiografía ficticia hasta una distopía, pasando por un relato policiaco o una historia de amor.
Incluyo aquí un fragmento de uno de los cuentos, el relato del encuentro entre un pintor y una actriz, cuyo título, La réplica, quiere ser un doble guiño al teatro y a la imagen.
Raimundo era un hombre apuesto, incluso el blusón de pintor con el que se protegía de las manchas de pigmento era de calidad y le sentaba bien. Moreno, adusto, bien peinado; un hombre de cariz decidido, de elevada frente de aristócrata. Y sus ojos brillaban desvelando el rico interior, tal vez atormentado. María carraspeó ligerísimamente después de apreciar en él un par de minutos de absoluta inactividad, como si los útiles se le resistieran. Al leve sonido de su voz, el pintor levantó la cabeza y la miró. En los ojos oscuros y profundos había dolor. -¿Puedo moverme un poco? —preguntó la joven actriz, esbozando una sonrisa—. ¿O le arruinaré el esbozo de mi retrato? Raimundo dejó el grafito. -No se preocupe, muévase, María -respondió-. Mi mano se niega a trabajar. No sé qué problema la acucia. Ella, suavemente, como si caminara esquivando el traicionero crujido de las tablas, se acercó a mirar. Algunas líneas bosquejaban una suave silueta, el cuadro no había avanzado más.